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Reino Unido impulsa la evolución desde Open banking a Open finance
El modelo británico, que ha empujado la innovación, competencia, empleo y nuevas tecnologías en el sector financiero global, hoy avanza hacia la implementación del uso de datos más allá de la banca.
February 17, 2025
Por
El Mercurio

El mes pasado, en Reino Unido se cumplieron siete años desde la implementación del open banking, proceso transformador que ha redefinido los servicios financieros en todo el mundo y que sentó las bases de la economía de smart data para el uso inteligente, seguro y eficiente de los datos, con el objetivo de generar valor en múltiples sectores más allá de la banca.

Lanzado en enero de 2018, el sistema traducido como 'banca abierta' permite a los usuarios compartir de forma segura sus datos financieros con bancos y fintech a través de una interfaz de programación de aplicaciones (API), definida como un conjunto de reglas y protocolos que posibilita que diferentes sistemas o apps se comuniquen entre sí.

Convertido en un fenómeno global, ha sido implementado en 95 países, según el informe 'The Global State of Open Banking and Open Finance', del Cambridge Centre for Alternative Finance (CCAF), impulsando la innovación y fomentando la competencia en un entorno digital centrado en el cliente.

Impacto global

'El open banking ha impulsado un mercado fintech dinámico, ha generado miles de empleos altamente calificados y ayuda diariamente a consumidores y empresas a gestionar mejor sus finanzas', afirma a 'El Mercurio' Barry O'Donohoe, cofundador y CEO de Raidiam, empresa que participó en el desarrollo de los estándares técnicos del sistema.

Solo en el Reino Unido, la banca abierta ha aportado £4.000 millones (unos US$ 5.000 millones) en valor económico y ha generado 5.000 empleos digitales especializados. Hoy, uno de cada siete consumidores utiliza estas herramientas para controlar sus finanzas, mientras que el 20% de las pequeñas empresas se benefician regularmente de su tecnología.

Además, el modelo ha influenciado a países de Latinoamérica, especialmente Brasil, que lo adaptó con su propio enfoque y ahora tiene el ecosistema de open finance más grande del mundo, con más de 40 millones de usuarios. México, por su parte, implementó un sistema voluntario que inicialmente no tuvo éxito, y que actualmente está en revisión.

El caso de Chile es destacable, debido a la similitud con Reino Unido en cuanto a los niveles de bancarización y confianza en instituciones financieras, que han facilitado la adopción del sistema. Juan Andrés Bravo, experto en medios de pagos, destaca que, 'a diferencia de nuestros vecinos, y guardando las proporciones entre Europa y Sudamérica, el objetivo chileno fue emparejar la cancha de la competencia de las finanzas e incluir al cliente en la toma de decisiones (que los afectan)'. Otro factor distintivo ha sido la voluntad de las fintech de ser reguladas para fortalecer su relación con la banca.

El éxito del Reino Unido se explica por dos factores: un mandato regulatorio de la Autoridad de Competencia y Mercados (CMA, por sus siglas en inglés), con un calendario claro y definido, y la creación de una entidad para supervisar su despliegue y garantizar su éxito: la Open Banking Implementation Entity (OBIE), que desde 2022 pasó a llamarse Open Banking Limited (OBL).

Otra diferencia clave fue el desarrollo de estándares comunes de API y protocolos de seguridad y funcionalidad, lo que niveló el campo de juego, desbloqueando la innovación y la competencia.

Bravo explica que el modelo británico ha tenido una influencia significativa tanto en la Ley Fintech como en el sistema de finanzas abiertas chileno, con un enfoque progresivo y regulado con entidades como el Banco Central y la CMF, que supervisan su desarrollo gradual, la gestión del consentimiento informado del usuario, así como la estandarización de las API, alineadas con criterios internacionales para garantizar la interoperabilidad del sistema financiero.

'A diferencia de Brasil, donde los bancos fueron obligados, o de México, donde la implementación fue opcional, Chile sigue un modelo equilibrado que fomenta la colaboración entre fintech, banca y reguladores', afirma Bravo.

Hacia otros sectores

El Reino Unido busca consolidarse como superpotencia tecnológica para 2030, y la legislación 'Data (Use and Access) Bill' es crucial para expandir el open banking hacia el open finance, impulsando la innovación y la economía del smart data.

Barry O'Donohoe destaca que estos estándares pueden aplicarse a otras industrias como energía, telecomunicaciones y salud, siempre equilibrando innovación y protección de datos con supervisión gubernamental. Sin embargo, opina que, para consolidar su liderazgo, el país deberá colaborar con otras naciones líderes en ciencia y tecnología, aumentar la inversión en I+D y fortalecer el ecosistema de financiamiento para ayudar a las pequeñas empresas tecnológicas a escalar.

'Esto es solo el comienzo. Los marcos y estándares de open banking han allanado el camino y pueden ser la base de una economía de smart data, estableciendo un marco seguro para el acceso autorizado de terceros a los datos de los consumidores. Estos estándares pueden expandirse a otros sectores para acelerar su adopción', finaliza O'Donohoe.