La industria fintech tiene un rol relevante en la transmisión de la política monetaria (PM) de los países, pudiendo influir positiva o negativamente en la misión de los bancos centrales de mantener la estabilidad de la economía y del sistema financiero.
Así lo planteó la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, en el marco de la conferencia Michel Camdessus sobre la banca central organizada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en septiembre pasado. “La naturaleza digital y la inmediatez inherente al pujante sector fintech pueden ser aliadas de los bancos centrales en la transmisión de su PM o, por el contrario, pueden entorpecerla”, afirmó.
Los expertos enfatizan que el impacto de las finanzas digitales en la macroeconomía depende de la regulación existente, porque la oferta de productos y servicios mediante instrumentos que estén fuera del ámbito de los bancos centrales y los reguladores pueden impactar en el uso del efectivo, depósitos a la vista, tasas de interés, endeudamiento, trazabilidad y seguridad de las operaciones financieras, entre otros.
Mario Ernst, profesor de Banca y Fintech de las universidades Católica y del Desarrollo, explica algunos de estos efectos.
El primero se relaciona con la masificación de plataformas internacionales de criptomonedas, que compiten con el efectivo y los depósitos a la vista de la banca. “Sustituir depósitos en saldos vista por monedas virtuales en plataformas internacionales podría disminuir los saldos vista de los bancos y, por lo tanto, elevar el costo de fondeo de la banca, con un impacto en la disminución del crédito, o al menos en un aumento de tasas. Y los bancos podrían tener mayores problemas en episodios de estrés por liquidez por efecto de la migración masiva de saldos vista hacia plataformas cripto”, explica.
Matías Langevin, socio y head Fintech de HD Legal, reconoce que “puede haber una potencial dificultad de liquidez en momentos críticos, pero eso se soluciona internalizando las cripto en la ecuación monetaria para la PM o, al menos, dándole una convertibilidad”.
Otro desafío dice relación con la trazabilidad de las operaciones, debido a que “se empieza a transar en una economía paralela, en la cual los bancos centrales pierden el control y la información”, dice Ernst. En este punto, Langevin acota que “en la medida en que los activos digitales estén regulados, aquellos que intermedien, custodien o sean tenedores de ellos deberán tener ciertas obligaciones periódicas de reporte al regulador, para efectos de tener la trazabilidad deseada”.
La regulación es otro aspecto relevante. El FMI sugiere que el potencial disruptivo de las fintech puede ser aprovechado si se integran adecuadamente en el marco regulador. La industria, por su parte, plantea que dicha normativa debe ser equilibrada, de modo que promueva tanto la innovación como la seguridad del sistema, asegurando que las plataformas tecnológicas sean bien gestionadas, apoyen la inclusión financiera y faciliten el acceso a servicios financieros eficientes y seguros.
En Fintechile valoran el entorno regulado y normado que tiene la industria local, con la promulgación de la Ley Fintech. “En lugar de ignorar los retos que trae el avance del sector, el Banco Central ha trabajado junto a otras instituciones regulatorias para fortalecer la inclusión financiera y fomentar una mayor competencia en el mercado”, afirma su presidente, José Gabriel Carrasco, quien advierte que “aún hay aspectos que mejorar para consolidar un entorno más robusto y seguro para todos los actores del sistema financiero”.
Finalmente, Matías Langevin advierte que “las fintech no son solo activos digitales, sino que involucran muchos otros campos como open banking,lending, temas de plataformas, etc., que pueden contribuir de diversas maneras a la política monetaria, partiendo por la posibilidad de que las fintech de pagos reporten a las autoridades de forma tal de contribuir a la trazabilidad”.
El FMI plantea que el potencial disruptivo de las fintech debe ser integrado apropiadamente en el marco regulador.