En apenas seis años, Fintual pasó de ser una startup dirigida a jóvenes inversionistas a convertirse en la quinta administradora general de fondos (AGF) con más clientes en el país, superando los 150.000 y gestionando más de US$1.000 millones.
Según Pedro Pineda, cofundador y CEO de Fintual, la clave es la tecnología y la capacidad de adaptarse a las necesidades de sus usuarios, con miras a seguir creciendo en un mercado cada vez más competitivo.
Con operaciones en Chile y México, Fintual ya demostró su capacidad de expandirse. En 2021, la fintech adquirió Invermérica, un movimiento que Pineda describió —en entrevista con El Mercurio— como “la empresa chica compró a la grande”
La última novedad llegó hace pocos días, cuando la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) les otorgó la licencia para emitir tarjetas de prepago. “Esta licencia permite recibir tu sueldo e, inmediatamente, puedes dejarlo programado para estar invirtiendo”, afirmó el CEO. Sin embargo, adelantó que los usuarios deberán esperar. “La tarjeta no estará disponible en 2025. Estamos pensando en el mediano plazo”.
Fintual no ha evitado entrar en el debate sobre la captación de dinero que impulsa la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF), cuyo presidente, José Manuel Mena, se ha desplegado en los últimos meses para alertar la preocupación de la industria de que algunos actores estarían realizando captación de dinero, lo que a juicio de este gremio es una atribución exclusiva de ese tipo de instituciones.
Según Pineda, “lo relevante es lo que dice la ley, no su opinión. Y la ley dice que las entidades de prepago pueden captar”.
Además, argumentó que la banca debería enfocarse en la colaboración y no en la competencia. “Es mucho más inteligente asociarse y ser el hub financiero de la región. En vez de pelear, deberíamos atraer inversión como hacen países como Singapur”, aseguró.
El CEO de Fintual va aún más allá al hablar del futuro del sector financiero, y anticipó cuál será el camino: uno propio, donde la fintech salga a realizar adquisiciones. “No creo que las instituciones tradicionales nos compren. Será al revés, nosotros empezaremos a comprar a las tradicionales. Ya se dieron cuenta de que ganamos”, dijo en la entrevista al mismo medio.
Pineda destaca que las empresas tecnológicas tienen una ventaja indiscutible: la capacidad de adaptarse a las necesidades del cliente mediante innovación y eficiencia.
Aunque Fintual ha recibido peticiones de parte de sus clientes para diversificar su oferta, como incluir servicios bancarios o de pensiones, Pineda es claro en que no quieren apresurarse. “Nuestros clientes nos piden tarjetas, que seamos su banco o su fondo de pensiones. Pero tenemos que ir haciendo las cosas de a poco y bien. Fintual va a ser inmenso”, anticipó.
Respecto a las inversiones, actualmente el 90% del negocio de la fintech está enfocado en la construcción de patrimonio a largo plazo, con fondos mutuos y acciones como principales herramientas. Si bien no invierten directamente en la bolsa chilena, prefieren el mercado estadounidense para tomar riesgos, ya que lo consideran más rentable.
En cuanto a la regulación, Pineda ve espacio para mejoras. Argumenta que los requisitos actuales pueden ser una barrera de entrada para nuevas empresas y poco realistas para las fintechs que administran grandes patrimonios. “Hoy tienes una ley que exige garantías desproporcionadas. Esto hace sentido cuando administras US$ 10 millones, pero no cuando manejas US$ 1.000 millones”, señaló.
Ante críticas de otros emprendedores sobre la dificultad de innovar en Chile, Pineda discrepa. “No es difícil innovar. Puede haber intereses distintos, pero no puedes regular contra el progreso tecnológico”, dijo.
Finalmente, Pineda aconsejó no idealizar a los CEO de empresas tecnológicas, a propósito del rol que está tomando Elon Musk en la política norteamericana. “La mitad de lo que logramos fue suerte y la otra mitad, esfuerzo. Es muy distinto construir una compañía que opinar sobre educación o migración”.